|
Sector Vitícola afectado por el clima
MAS CALIDAD Y MENOR CANTIDAD
La cosecha vitícola ha comenzado en el norte, mientras que en el sur se prepara el inicio para la segunda mitad de este mes. A consecuencia de las escasas lluvias registradas en zonas de mayor concentración de producción, se estima una reducción del volumen de cosecha final de entre 10 y 15%.
En el marco de "Preguntas Crea" el Ing. Agr. Enrique Mirazo, (asesor del Grupo CREA Ing. Luís Fernández) responde sobre el comportamiento para el rubro vitícola con respecto al clima.
¿Cómo ha incidido la situación climática en los cultivos vitícolas?
A diferencia de lo que fue el año pasado, un año con muchas lluvias y problemas sanitarios que en algunos casos comprometieron la calidad y la cantidad de las uvas al cosechar, este año se está presentando en dos fases distintas, por un lado, en el norte y litoral oeste del país se han recibido algunas lluvias que paliaron bastante los problemas de sequía, y por otro, en la zona sur -que comprende los departamentos de San José, Florida, Canelones y Montevideo- la falta de lluvias se está haciendo sentir en el volumen de uvas a cosechar, no así en su calidad, porque desde este punto de vista, indudablemente este clima está favoreciendo momentáneamente a los cultivos.
La preocupación en Canelones -que representa el 80% de la producción vitícola del país- es que las condiciones de sequía imperantes hasta hoy pueden condicionar el volumen final de cosechas. Actualmente se han comenzado a cosechar las primeras variedades desde Carmelo hacia el sur, y se calcula que durante la segunda quincena de este mes, se comenzará a cosechar en Canelones y Montevideo. En todos los casos, en la medida que llueva algo más, se irá recuperando volumen.
¿Qué estimaciones se manejan sobre reducción de volumen?
Las previsiones que hacemos los extensionistas que estamos vinculados a los productores, se asemejan bastantes a las cosechas promedio, posiblemente haya un 10 a 15% menos, pero eso es muy aleatorio porque puede llover en febrero y cambiar un poco las condiciones. Se estima que la producción final va a alcanzar en forma suficiente para atender los destinos de exportación y de consumo interno.
¿En función de estas variables como se visualiza el desempeño de los mercados?
Siempre que se apela a este tipo de negociaciones se busca lograr un equilibrio entre calidad, cantidad, grado de alcohol, precio, etc. motivo por el cual, la negociación es muy variable. Es así desde los que negocian cantidad de uvas para volúmenes de mercados de consumo masivo, a quienes eligen una partida definida dentro de su propio establecimiento y/o en compra a terceros, con partidas expresamente indicadas para productos de calidad de alta gama. Los años más secos normalmente se tiende a tener más calidad de vinos en todas sus gamas, desde los productos de consumo masivos hasta los de categoría. Aspiramos que eso se pueda apreciar por el consumidor.
¿Qué desafío tiene Uruguay en el mercado internacional?
El mercado internacional de vinos es un mercado que está cubierto de productos de excelente calidad y al Uruguay le ha costado mucho posicionarse. Nuestro país no ha tenido una imagen país realmente sostenida durante mucho tiempo y se ha hecho mucho esfuerzo en forma individual. Los países que realmente nos reconocen saben que tenemos muy buena calidad y competitividad a nivel mundial, pero debemos hacer mucho más por la imagen país, para vender esa imagen como hacen Chile y Argentina. Ese es el debe que creo de a poco se va a ir solucionando.
¿Cómo ha sido la evolución tecnológica en las últimas décadas?
Básicamente sobre la década del 80 se comenzaron los grandes cambios en la viticultura, quizá quienes fueron precursores lo hicieron en el año 75 y en adelante, pero masivamente los cambios se dieron en los 80. Tanto el Ing. O. Borsani como yo tuvimos oportunidades de recorrer el mundo, hacer becas en Francia y traer mucha información, sumamos esto a la formación del Instituto y la experiencia acumulada a partir de productores integrantes del Movimiento CREA y así junto a otros colegas, se fue generando toda una corriente de renovación vitícola que significó la primera reconversión del sector, un salto importante, pero muchas veces saltando un poco al vacío. Hoy hay un proceso de reconversión mucho más lento y más silencioso, pero que es realizado sobre los errores cometidos en la primera reconversión y eso es lo positivo que se puede sacar de esto. Hoy ya no pedimos plantas francesas, sino que pedimos clones, variedades, otros injertos, existe bastante información al respecto en nuestro medio. Han colaborado en el proceso, el INIA (Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria), la Facultad de Agronomía (de la Universidad de la República), y los grupos CREA al generar información que se maneja en conjunto y en forma abierta. Algo importante es que nada se oculta cuando se hace en CREA, dado que no es una corporación ni compañía, son empresas agrupas en FUCREA con las porteras abiertas para que cualquiera acceda a esa información.
¿Qué diferencias de potencialidades ve entre productores que trabajan en grupo y aquellos que lo hacen de forma individual en este sector?
La ventaja del grupo, no reside en que quienes trabajan de forma individual no estén asesorados correctamente ni tengan la vía de relación suficiente como para tener la información adecuada, pero siempre es más enriquecedora una actividad en conjunto en la cual uno puede, a través de una decena de integrantes de un mismo grupo, tener otras visiones y otras opciones que enriquecen el trabajo, creo que esto hace a que la actividad grupal tenga en el fondo, el merito de corregir errores rápidamente, de avanzar con la información técnica, económica y comercial con mayor velocidad y por tanto se entiende que esto ha hecho, que el productor agrupado saque una cierta ventaja sobre el productor individual.
Actualizado ( Miércoles, 23 de Febrero de 2011 00:17 )